Hoy quiero compartir con todos ustedes sobre el único amor que nunca falla, EL AMOR DE DIOS. A menudo me pregunto qué fue lo que viste en nosotros, para que entregaras tu vida por nosotros a pesar de lo que somos. Aunque sabías que te fallaría, aun así decidiste hacernos tuyos. Nos has preparado una mesa aun sabiendo que no hemos sido perfectos ante ti.
Tal vez tú, como yo, te preguntes todos los días, Señor, ¿por qué me amas tanto? ¿Cómo puedes estar locamente enamorado de una persona como yo? Sé que es asombroso que seamos nosotros a quienes Él ama tan profundamente. Me asombra saber que un Dios tan grande nos ama.
Hoy quiero recordarte que Él está más que orgulloso de ti. Que su sangre es más que suficiente para limpiar tus pecados. Te llama hoy para decírte.
NO HAY NADA QUE PROBAR, HIJA MÍA; TU ERES MI AMADO. MI AMOR NUNCA TE FALLARÁ, Y TE EXTRAÑO.
Como la parábola del hijo pródigo, no te sientes digno de ser llamado su hijo. Pero hoy te dice, hijo, te espero. Todavía hay esperanza, misericordia, redención y restauración para ti. Mi sangre todavía tiene poder. Todavía hay lugar para ti en mi mesa.
LECTURA BIBLICA SUGERIDA.
Quiero que sepas que tu padre preparará una mesa para ti hoy y una vez más te vestirá con ropas reales. Eres su amada. Todo lo que ha dicho de ti es verdad. Quiero que tengas suficiente fe para comprender que así como él ha tenido amor por los demás, también lo tiene para ti.
ORACIÓN
Padre, ayúdame a entender que todavía me amas. Que tu amor nunca falla. Que tu misericordia durará para siempre. Que no hay amor como el tuyo. Que cuando yo era pecador, no me amaste menos sino que fuiste a esa cruz por mis pecados. Señor, ayúdame a comprender que me eliges una y otra vez. Que no tengo nada que probar. Aquí estoy. Ayúdame a creer y tener fe en todo lo que has dicho. Ayúdame a amarte como tú me amas y a servirte con todo lo que soy. ¡Amén!
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